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El Mito de la Seguridad y
Soberanía Alimentaria en Bolivia

por Miguel Angel Crespo
Santa Cruz, Bolivia


En la actual coyuntura mundial, existe una amplia discusión -- fruto de la preocupación global -- con referencia a la crisis alimentaria, la crisis energética, la crisis económica y la crisis ambiental. Obviamente todas las crisis mencionadas están interrelacionadas. Sin embargo, es preciso también aclarar que los países desarrollados, plantean la solución de las crisis en función de sus intereses. Es decir, que la crisis alimentaria estará en base al fomento de una producción mayor de alimentos y para ello, las empresas transnacionales de semillas, ya tienen la solución: Las semillas transgénicas que obviamente no rinden si no van acompañadas de herbicidas, insecticidas, fungicidas, etc. , los cuales son fabricados por las mismas empresas semilleras y/o por sus socios. Esto seguramente demandará un mayor uso de energía y también para ello está la solución: Los agro combustibles y los biocombustibles, que representan una amenaza para la biodiversidad.

Frente a la crisis alimentaria, en Bolivia han surgido las voces de las organizaciones campesinas é indígenas, así como de instituciones y del propio gobierno, que plantean la importancia de la producción campesina para la solución de esta problemática, desconociendo que la producción campesina aporta con menos del 20% de la producción de alimentos a nivel nacional. Lo anterior plantea una distorsión del problema, en sentido de plantear que la economía campesina es fundamental en la producción de los alimentos más importantes de la canasta familiar.

La seguridad y soberanía alimentaria no es solamente la capacidad de generar suficientes alimentos para el consumo interno, sino también en conocer en manos de quienes está la producción de los mismos y cuales son las variables externas (Las Bolsas de Valores de Chicago y Rosario, por ejemplo) é internas (las estructuras de costos, el contrabando, etc.) que influyen en los precios. Tampoco se debe perder de vista de que la seguridad y soberanía alimentaria está en base al uso y acceso al recurso tierra, que es la base para la producción de alimentos y de qué manera se la explota, es decir el carácter de responsabilidad social y ambiental que debe imperar en un modelo productivo sostenible.

El actual gobierno, con una visión subjetiva, quiere dirigir las lógicas de los mercados y en los últimos años, la discusión se ha centrado en un falso debate que parte de la premisa de que los campesinos son los que alimentan al país y que por lo tanto los precios están subordinados a su voluntad ó a la del estado. Además, se ha mistificado el modo de producción campesina, al punto de que el actual gobierno, ha subordinado su política de desarrollo rural al apoyo a la producción campesina, alejándose así de la realidad de este sector productivo y prevendalizando la economía y desmereciendo el aporte de la agroindustria en la producción de alimentos para el país.

Sin embargo, la realidad es otra. El 80% de la producción, está en manos de los medianos y grandes productores del Departamento de Santa Cruz y en sociedad con la agroindustria.

Creemos que es pertinente discutir  el tema, pero en un ámbito de amplitud en el que se reconozca el papel que juega la producción capitalista y que se ha desarrollado fundamentalmente en el Departamento de Santa Cruz.
 
Si nos remitimos a la información oficial y de los gremios de productores de los diferentes estratos, tenemos que el Departamento de Santa Cruz aporta con los siguiente alimentos al país (Datos al 2008):

  • 62% del arroz producido a nivel nacional
  • 43%  del trigo producido a nivel nacional
  • 40% del maíz producido a nivel nacional
  • 100% de la soya producida a nivel nacional
  • 24% de las hortalizas producidas a nivel nacional
  • 25% de la papa producida a nivel nacional

Como se puede observar, cuatro cultivos (arroz, trigo, maíz, y soya), muy importantes para la seguridad alimentaria, se producen fundamentalmente  en Santa Cruz. Lo que convierte a Santa Cruz, en la región más importante a nivel nacional a la hora de hablar de seguridad alimentaria.

Asimismo, Santa Cruz ha incursionado en la producción de papa, cuya producción se está incrementando progresivamente, debido a la alta demanda de variedades harinosas destinadas a la producción de alimentos “chatarra” en todo el país. En los últimos 20 años han ido desapareciendo más de 20 variedades destinadas al consumo local y han sido reemplazadas por 3 variedades “comerciales” no nativas. Esto afecta ostensiblemente a la seguridad alimentaria cuando desaparecen recursos genéticos nativos y son reemplazados por otros comerciales y/o introducidos.

El cultivo de la quinua, considerado estrella del patrimonio nacional, el 90% de su producción se destina al mercado externo por su alta demanda y sus precios atractivos también son establecidos en las bolsas internacionales, lo que motiva a una ampliación de la frontera agrícola en un ecosistema muy frágil. Lo anterior está generando graves impactos socio ambientales en el altiplano boliviano, generando el desplazamiento de la actividad ganadera (camélidos y ovinos) y agudizando un fuerte proceso de desertificación en los suelos (90% en Oruro y Potosí)

Lo anterior nos muestra la importancia que tiene un análisis profundo de lo que verdaderamente significa la seguridad y soberanía alimentaría y que va más allá de las mistificaciones campesinas y de las actitudes que pueda asumir el estado, cuando se aplican en el marco de un modelo de producción que amarra al campesino a su pobreza (parcela) y

  • cuando la producción está en manos de las grandes empresas,
  • cuando los precios son establecidos en el mercado internacional,
  • cuando existe una fuerte dependencia tecnológica en el uso de los insumos químicos,
  • cuando existe una dependencia en las semillas y
  • cuando se desmerece el valor que tiene la biodiversidad y los recursos genéticos.

En otras palabras, cuando se produce bajo el modo de producción capitalista y para el mercado.
O bien cuando la gran mayoría de producción “campesina”, esta subordinada o subsumida por el mercado capitalista. Obviar en los análisis estos aspectos, es no entender el verdadero sentido que tiene la seguridad y soberanía alimentaria.

Por otra parte, más que mencionar el tema de la crisis alimentaria y sus efectos, deberíamos remitirnos a mencionar las causas de la misma. Tampoco se trata de volver a las propuestas de la pequeña propiedad campesina y los saberes tradicionales,  que ha probado que no es sostenible en la actualiodad  y que es una propuesta que carece de sustento por las características que tiene el sistema capitalista  globalizado vigente en el país.

El gobierno de Evo Morales en los cuatro primeros años de gestión, ha promovido el uso de agroquímicos, fertilizantes, fungicidas, etc. lo que ha representado un incremento del 300% a los volúmenes anteriores al año 2005. Paralelamente, también está promoviendo el uso de semillas transgénicas, como es el caso de la soya, el algodón y el maíz. Esto es seguridad y soberanía alimentaria?
 
Creemos que el debate de la seguridad y soberanía alimentaria debe profundizarse, con un sentido más amplio y donde se tomen en cuenta los aspectos que mencionamos, como es el caso del uso y acceso sostenible al recurso tierra, los precios y la influencia de los mercados y las bolsas, los sectores que producen, el uso de los recursos genéticos, el uso y acceso a las biotecnologías desarrolladas en el país, la producción agrícola responsable (no transgénica), sin químicos, respetando los territorios indígenas, áreas protegidas y bajo una producción colectiva (cooperativas agrícolas), etc. No hacerlo, es seguir con esa discusión falsa y hasta cómplice en un círculo vicioso que no lleva a nada.

Santa Cruz Abril de 2010.

Publicado en In Motion Magazine 7 de mayo, 2010.

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